Versículo Clave: “Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.” V.7
Yo estaba acostada en una camilla en la sala de emergencia rodeada por un doctor y dos enfermeras. La mano del doctor puesta sobre mi brazo: “No se está muriendo, Patricia. No le está pasando nada. Hemos chequeado todo.” Sin embargo, no importa cuántas veces el repitió esa verdad médica, mi cerebro me decía algo diferente: Me estaba muriendo. Yo sabía que me estaba muriendo.
Un ataque de pánico. Otro.
Mi infierno personal en la tierra.
Miedo es un ruido que impide que usted escuche la voz de Dios.
Nunca había experimentado esta verdad de manera tan poderosa hasta el año en que me convertí en cristiana.
Pasó hace veinte años, pero puedo recordar vividamente cómo el temor paralizó mi pensar y mi vida. Estrés extremo me llevó al borde. Y el diablo le sacó todo el provecho que pudo…
El respiró derrota y muerte en mis oidos… y yo le creí.
El miedo es real. Es real para los creyentes más fuertes, al igual que para los jóvenes en la fe. La diferencia está en que mientras crecemos en el conocimiento de Dios, mientras experimentamos Su soberanía y poder, nos convertimos en más equipados para conquistar el miedo.
Allí es donde Josué se encontraba es su camino de fe cuando Dios le encargó tomar posesión de la tierra prometida. Lleno de miedo… pero equipado.
El había estado con Moisés mientras que Dios llenaba de poder al líder de Israel para obtener lo imposible. Una y otra vez, el observaba mientras Yahweh cuidaba de Su pueblo.
Ahora los gigantes esperaban del otro lado del Jordán. Eran más grandes, más poderosos que Israel.
Sin embargo, Dios dijo: “No temas. Anda y pelea.”
Lo único que el necesitaba era valentía para obedecer.
Continuando con la discusión de hace dos semanas, me gustaría resaltar dos verdades importantes de las que debemos apropiarnos cuando estamos siendo retados a superar el miedo:
Verdad #3 Hacer el trabajo de Dios requiere valentía:
“Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” V.9.
No podemos contar fácilmente los “no temas” de la Biblia. Estas no son sólo palabras de aliento, sino que son, con mucha frecuencia, un llamado a la batalla y la victoria. Ser un seguidor de Jesús requiere fuerza de carácter y valentía para estar sólo en muchas circunstancias. En el capítulo 11 del libro de Hebreos, casi cada vez que el autor se refiere a la fe de uno de los Santos, el atribuye su grandeza a su valentía.
Cada gigante de la fe tuvo que derrotar a los gigantes del miedo y sentimientos de insuficiencia… Ellos tuvieron que valientemente dar un paso gigante de fe… antes de que Dios les librara… proveyera… sanara.
Ciertamente podemos elejir encogernos en temor y vivir una vida mediocre… o elejir decir ‘si’ al mandato de Dios de conquistar lo imposible y sostenernos sorprendidos al ver que El nos da lo mejor de manera sobrenatural.
Verdad #4 Se requiere de Entrega para Conquistar
“(…) para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.” V.7.
El mundo piensa que estamos locos cuando declaramos que el éxito sigue a la sumisión y obediencia. Según el punto de vista de la sociedad, la obediencia es una señal de debilidad. Los fuertes controlan y los débiles son controlados – Ese es el orden del mundo.
Para Josué, por otro lado, el éxito solamente vendría mientras el era controlado por Dios.
Dios le dijo a Josué que, para tener éxito, el debía obedecer TODAS las instrucciones de Dios y Sus leyes. No sólo parcialmente, no con algunos cambios pequeños por aquí y por allá, sino la ley entera.
Dios le estaba dando estas instrucciones a Josué porque El sabía que habrían momentos cuando Josué no podría VER exactamente hacia donde Dios le llevaba, y por lo tanto, Su ley le guiaría.
Así pasa en nuestras vidas, cuando no podemos ver hacia dónde nos llevan los caminos de Dios.
Allí es cuando debemos leer Su palabra, obedecerla en su totalidad, y confiar que “el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.” Filipenses 1:6
La razón por la que Josué fue victorioso fue porque el creyó y obedeció. No por sus talentos, armas o su habilidad para pelear batallas… sino porque obedeció.
Conquistar el miedo resulta de la valentía. La valentía sigue a la obediencia. La obediencia sigue a la entrega.
Ese es el orden del Cielo.
El Miedo es ciertamente el padre de cada fracaso…
Miedo al conflicto, miedo a la verguenza, miedo al rechazo, miedo de que Dios nos abandonará y no responderá a nuestras oraciones.
El miedo exagera los problemas, odia las tareas en frente nuestro, y pospone obediencia. El miedo es agobiante y ¡el miedo NO viene de Dios!
Sea cual sea el gigante que usted enfrenta hoy, recuerde el aliento que viene de Yahweh cuando El repite una y otra vez en Su palabra:
“No temas porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Isaías 41:10
¡Sea fuerte y valiente mi amigo! El mismo Dios que estuvo con Moisés y Josué va a pelear en la batalla con usted.
Siga adelante…
Obedezca…
Tenga confianza…
Y cuando avance al territorio de los gigantes… recuerde:
¿Si Dios está con usted y está en usted… quién o qué en esta tierra puede estar en contra suya? Romanos 8:31 (parafraseado)
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