90 minutes in heavenEn el verano del 2004, el libro “90 Minutos en el Cielo” fue publicado con una impresión muy modesta de 7.500 copias. El autor, Don Piper, era en aquel entonces un pastor desconocido con una historia valiente. En el libro, Piper comparte la verdadera historia del accidente que arrebató su vida por 90 minutos, seguido por su experiencia cerca del cielo y los meses horribles que vivió, mientras que él se recuperaba de sus heridas devastadoras. La casa publicadora no sabía que esperar en respuesta a la publicación del libro. ¿Sería el mensaje de Piper rechazado, criticado, o peor aún, ignorado por el público? Lo que ellos no esperaban con certeza era la respuesta actual a la historia: El libro se convirtió eventualmente en uno de los de mayor ventas en la lista del New York Times, con más de 7 millones de copias vendidas, y desde entonces ha sido traducido en 40 idiomas. Su mensaje de esperanza del cielo y la restauración de una vida quebrantada a través de la devoción de seres amados continúa tocando vidas.

La película “90 Minutos en el Cielo” se estrenó en los cines de EEUU a todo lo ancho del país hace un par de semanas. Fue filmada en su mayoría en Atlanta, y producida por un hombre de negocios y filántropo llamado Rick Jackson, fundador de ‘Giving Films’. Asistí al estreno mundial en el teatro Fox el 1ro de Septiembre, y me impresionó mucho saber que la compañía de Jackson se ha comprometido a donar el 100 por ciento de las ganancias a caridades dedicadas a ayudar a niños que se encuentran en el sistema de cuidado de crianza, víctimas de tráfico sexual y otros problemas sociales. El balcón del teatro estaba lleno de familias que forman parte de este sistema quienes parecían estar emocionados por apoyar la aventura de uno de sus más grandes animadores. Print

Esperanza. Ese es un tema del cual el mundo no logra tener lo suficiente. La esperanza del cielo. Esperanza en la tierra. Y ese fue el tema que latía en mi corazón mientras hablaba con Jackson hace un par de semanas. No es de sorprenderse que el consiga inspiración en historias de fe, tal como la que se narra en los “90 Minutos en el Cielo”. Jackson es esperanza, restauración y determinación personificadas. Siendo el mismo un niño adoptado, Jackson se convirtió en un exitoso hombre de negocios al permitir que sus fracasos le dieran forma a su futuro, cerró puertas para permitir oportunidades de crecimiento con determinación y fuerza, mientras que enfrentaba sus temores con una actitud retadora de un corazón que confía en Dios. El no duda en decir que su fe ha sido la roca en la historia de su vida. El ve sus esfuerzos filatrópicos como un modo de ejercitar los talentos que Dios le ha dado. El intenta dar, y dar más, porque él entiende que aunque su historia es única, hay muchos niños pequeños en el mundo que tienen el potencial de transformar el futuro de America. Si tan sólo creyéramos e invirtiéramos en ellos, extendiendo nuestros brazos y compartiendo nuestro tiempo, recursos, y el mensaje de amor y redención de Dios.

La historia de Don Piper ha traído consuelo a mucha gente alrededor del mundo quienes han perdido a seres amados. Le leí el libro a mi esposo después de la muerte trágica de su hermano hace tres años. Es un libro que vale la pena leer, y ahora, una película que vale la pena ver. No tan sólo por su historia de fe y amor desinteresado, pero porque el fruto de este esfuerzo traerá esperanza a muchos niños en este lado de la eternidad.

En un mundo frecuentemente invadido por oscuridad, codicia y egoísmo, es un gozo escuchar las historias y darle la mano a verdaderos vencedores, quienes se levantan de las sombras de muerte de sus circunstancias, más fuertes que nunca, eligiendo bendecir a otros con sus recursos, regalos y talentos. Estoy segura de que Dios se sonríe ante esto.

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